Tras 9 meses de rotaciones externas, los últimos dos en Urgencias, por fin, el día 1 vuelvo a mi servicio.
La puerta del hospital ha sido una experiencia distinta... creo que he aprendido mucho de la sanidad en particular y de la vida en general allí. Desde el punto de vista médico, lo dicho ya mil veces, la posibilidad de desahogar todas tus necesidades prácticas. Situaciones, yo creo que de todo tipo. Días divertidos, los menos. Es un trabajo muy muy duro y muy muy poco valorado; desde luego para ser urgenciólogo hay que tener una buena vocación.
Otra cosa que va tocando a su fin son las guardias de 24 horas de urgencias. Creo que me quedan ya sólo 8. Después de un año, pasaré a ejercer en las tardes de especialidad de derma, de 15 a 22 horas y durmiendo en casa. Creo que mi cuerpo me lo agradecerá, aunque lo notaré algo en el sueldo a la baja.
Mi apoyo total a la iniciativa
Interesante ha sido también la creación de
AGAMIR, que tiene como objetivo reivindicar nuestros derechos, equipararnos al resto de hospitales de España y demostrar que, en contra de lo que parece, el personal médico también tiene conciencia de grupo e iniciativas para luchar contra los abusos. Mención especial merecen también las iniciativas coordinadas desde la capital para exigir unos horarios de trabajo decentes, compatibles con tu propia salud y la de los demás.
Isa está haciendo una cronología muy buena de los acontecimientos. Muy recomendable leerse
su opinión sobre el tema. Ya iré contándoos las novedades
En este tiempo he estado preparando las comunicaciones que llevaré a la Reunión de la Escuela de Santiago, al congreso gallego y al nacional. Toda una experiencia hacerlo sin haber tenido apenas contacto con mi servicio. La sensación es que me queda todavía mucho por aprender y muy poco tiempo para ello..., desde luego, la vida del residente es un auténtico reto permanente.
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